FIESTA EN HONOR AL 159° ANIVERSARIO DE LAS APARICIONES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EN LOURDES, FRANCIA ( 1858) A BERNAETTE SOUBIROUS
MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

"Yo soy, la Inmaculada Concepción."
“Mis amados hijos, hoy, ustedes conmemoran aquí el aniversario de Mis Apariciones a Mi hijita Bernadette en Lourdes, en Francia.
Aparecí como la Inmaculada Concepción, como la Mujer Vestida de Sol, para decir a todos ustedes: “Ha llegado el tiempo de la gran batalla.” Por eso, todos ustedes Mis hijos, deberían luchar con las armas que Yo les di en Lourdes: el Rosario, la penitencia, la oración, para resistir a todos los ataques y las insidias de Satanás, y verdaderamente llegar incólumes y santos en la presencia de Mi Hijo Jesús que vuelve a ustedes en la Gloria.
Yo aparecí en Lourdes más brillante que el sol, para decir a todos Mis hijos, que esa terrible batalla entre Mí y el dragón infernal, Mi enemigo, continuará hasta el fin del mundo y por eso Mis hijos, ustedes deberían prepararse, porque verdaderamente la hora más grave de esta batalla llegó, el fin de los tiempos llegó y es por eso que ustedes deben rezar sin cesar a todo momento, pues, Mi enemigo está siempre rondando y observando a ustedes, para ver cuales son sus defectos, sus flaquezas y preparar una trampa infalible, para hacerles caer en ella, perder la Gracia de Dios y hasta la salvación de sus almas.
Por eso, vigilen y recen, para que no caigan en tentación. Sean como Mi hijita Bernadette, que todo el tiempo rezaba Mi Rosario o cuando sus obligaciones en el convento no le permitían, ofrecía todos los trabajos en espíritu de oración e interiormente rezaba muchos actos de amor a Mí y a Mi Hijo Jesús. Así, Ella se mantenía siempre unida a Mí, siempre unida a Mi Hijo y jamás pecó. Si ustedes la imitaren, también jamás pecarán.
Yo aparecí en la gruta de Lourdes más brillante que el sol, para llamar a todos Mis hijos para Mi poderoso ejército de oración, de penitencia y de santidad. Y aún hoy aquí, en Mi pequeña y nueva Lourdes, vengo nuevamente para llamar a todos Mis hijos a lucharen Conmigo con el Rosario en la mano, combatiendo las tinieblas de Satanás, combatiendo el pecado adonde quiera que él esté, llevando Mi Gracia, Mi Amor de Madre a todas las personas, a todos Mis hijos, por medio de los cenáculos y de los grupos de oración que pedí: a los enfermos, a los afligidos, a los pecadores. Lleven Mi Amor de Madre que a todos quiere salvar, aliviar y amar, principalmente a aquellos Mis hijos que tienen el corazón más endurecido y que no conocieron todavía Mi Amor. Lleven Mi Amor, porque cuando ellos sintieren Mi Amor, entonces, Mi Llama de Amor entrará poderosamente en los corazones de ellos y entonces, ellos verdaderamente desabrocharán como flores para el sol de la Gracia y exhalarán el suave perfume de la santidad para agradar a la Santísima Trinidad.
Perseveren en la oración Mis hijos y recen mucho, porque dos castigos se aproximan de Europa, uno del Brasil, uno de América, uno de Oceanía y uno de Rusia. Recen, recen, recen, porque solamente con el Rosario, ustedes pueden alejar esos castigos y alcanzar todavía para la humanidad: misericordia, gracia y paz.
Con el Rosario Bernadette fue salva y se tornó Santa. Con el Rosario ustedes también serán salvos y se tornarán Santos. Recen, recen Mi Rosario. No hay nada que ame más que el Rosario. A Mi hijita Bernadette Yo dije eso en secreto y lo mismo repito a todos ustedes: “No hay nada que Yo ame más que Mi Rosario.” Récenlo, récenlo y ustedes serán Santos.
A todos Yo bendigo con amor: de LOURDES… de FÁTIMA… de LA SALETTE… y de JACAREÍ.”
MENSAJE DE SAN GERARDO

“Amados hermanos Míos, Yo, Gerardo, vengo una vez más del Cielo hoy con Nuestra Reina Santísima en el aniversario de la Aparición de Ella en Lourdes, para decir a todos ustedes: “Recen el Rosario.”
El Rosario es el corazón del Mensaje de Lourdes, oración y penitencia. Con el Rosario, Bernadette se transformó en una obra maravillosa, grande, extraordinaria de la Madre de Dios, que hasta hoy la humanidad mira estupefacta y por más que intente comprender, nunca llega a comprender toda.
Sí, en Ella la Madre de Dios hizo maravillas e hizo de un modo maravilloso, oculto a los soberbios del mundo, pero plenamente visto y comprendido por los humildes y pequeños. Esta es la Santidad de Bernadette, está plenamente a la vista, pero solo puede ser visto por aquellos que tienen humildad para ver. ¿Comprenden la naturaleza de Ella? Está siempre a la vista, pero jamás vista.
Sí, esta es la Santidad de Bernadette y debe ser también la Santidad de ustedes, una Santidad toda interior, toda profunda, toda mística, toda hecha de la Llama pura de la Madre de Dios. Y las virtudes de ustedes entonces resplandecerán, resplandecerán para todo el mundo, pero solamente los humildes, los puros de corazón, las verán y al verlas, creerán, creerán en la Madre de Dios y nadie diga que esto es injusto para con los soberbios, porque a los soberbios también es dada muchas veces la gracia de poder tornarse humildes y ver la Verdad, pero no quieren. Son soberbios, son demasiados altivos, sus corazones son duros y no quieren doblarse al Amor de la Madre de Dios que a todo costo los quiere salvar. Y entonces, sus ojos son ciegos, los ojos del alma sos ciegos y es por eso que los ojos de la carne son inútiles, ellos oyen, oyen los Mensajes, ven, ven lo que la Madre de Dios hace, pero al mismo tiempo no ven, porque su soberbia los ciega. Es preciso humildad para ver, es preciso que haya la humildad de Bernadette para poder comprender los Secretos de la Madre de Dios, acogerlos, vivirlos y dar los frutos de ellos que Dios desea para Su Gloria. Que la Santidad de ustedes sea así y que ustedes imiten a Bernadette en ese gran abrasado amor que Ella tuvo por la Madre de Dios.
¡Oh! Ella no fue solamente aquella que más amó a la Madre de Dios, pero fue también aquella que más sufrió por la Madre de Dios, fue aquella que más ardió continuamente en Llamas místicas de Amor por la Madre de Dios y sin embargo las personas de su alrededor no lo viesen, dentro de Ella habia un incendio, que inclusive llegaba a Nosotros allá en el Paraíso y nos calentaba en su Amor. El incendio de Amor de Bernadette por la Madre de Dios era tan grande, que si los hombres pudiesen sentirlo, morirían todos abrasados y quemados en el mismo instante.
¡Oh! Cómo Ella amaba a la Madre de Dios. Que ustedes la imiten, que ustedes tengan un amor abrasado como el de Ella por la Madre del Señor y entonces, verdaderamente, ustedes darán a Ella lo que Ella más desea aquí en Jacareí: Llamas incesantes de Amor, muchas Llamas incesantes de Amor para abrasar, quemar el mundo entero, destruir el pecado en el mundo entero, apagar el fuego del odio con el fuego del Amor Divino y también quemar todo lo que es imperio de Satanás sobre la tierra y sobre las cenizas de su imperio, hacer nacer el nuevo Reino del Señor y de la Madre de Dios, Reino de Amor, de Santidad y de Paz.
Recen el Rosario todos los dias. Esta oración que santiquicó a Bernadette, también fue Mi secreto de santidad. En Mi tiempo había muchas personas vanidosas que Me decían que el Rosario era una oración ultrapasada, monótona y que Yo debía hacer otras devociones y oraciones mejores, pero Yo nunca creí en el canto de la sirena, Yo nunca Me dejé engañar por Satanás. Corría luego para los pies de la Madre de Dios en Mi celda, rezaba, rezaba Mi Rosario, Ella Me aparecía y Me decía: “Muy bien Gerardo Mío, tú triunfaste una vez más de Satanás, reza Mi Rosario y nunca dejarás de ser Mi hijo predilecto, y nunca te perderás.”
Recen el Rosario Mis hermanos, es lo que de mejor puedo aconsejar a ustedes, porque con el Rosario ustedes tendrán la promesa del Paraíso hecha por la Madre de Dios, ustedes tendrán todas las gracias para ser Santos, tendrán la energía interior para vencer todo pecado y a Satanás, para despreciar el mundo y la carne de ustedes. Y así, ustedes darán a la Madre de Dios fácilmente con alegría sus cuerpos y cuando ustedes dieren sus cuerpos, Satanás será derrotado para siempre.
A todos Yo bendigo ahora con amor: de MURO LUCANO… de MATERDOMINI… y de JACAREÍ.”
MENSAJE DE SANTA LUCÍA

“Amados hermanos Míos, Yo, Lucía, vengo hoy del Cielo una vez más para decir a todos ustedes: “Los amo, los amo mucho.”
Recen Mi Coronilla siempre, porque Yo tengo grandes gracias para conceder a ustedes y principalmente la gran gracia de la Pureza, de acabar dentro de ustedes, de destruir dentro de ustedes, la concupiscencia de la carne.*
Sí, a todo aquél que rezare Mi Coronilla, daré la Pureza Angélica, daré Mi Pureza y esa persona tendrá fuerzas para vencer todas las tentaciones del diablo, del mundo y de su propia carne. Y entonces, esa persona gozará de la perfecta pacificación de los sentidos, o sea, tendrá su carne en perfecta paz, obediencia y sumición a Jesucristo y a Su Madre María Santísima.
Los demonios no podrán llegar cerca de aquellos que rezaren Mi Coronilla para ofrecerles tentaciones inmundas, porque Yo estaré todo el tiempo con Águeda y también con Inés, cercando y circulando esa persona todo el tiempo, para impedir que los demonios se aproximen de ella.
Recen el Rosario de la Madre de Dios, porque hoy en el aniversario de Sus Apariciones en Lourdes, todos ustedes son llamados, todos, a colocar el rosario en sus manos y rezarlo con una fuerza interior aún mayor que antes, para que verdaderamente ustedes se entreguen a la Madre de Dios de cuerpo y alma, dando a Ella el Amor-Filial que Ella desea y para ser rosas místicas doradas que junto con Bernadette alcanzarán para el mundo: gracia, perdón y misericordia.
Las rosas doradas que la Madre de Dios traía en sus pies en las Apariciones de Lourdes, significan que Ella es la Casa de Oro del Señor, la Domus Aurea, pero también que Ella era, que Ella quería, verdaderamente, hijos que amasen a Ella y que se tornasen rosas místicas amarillas doradas de reparación y de penitencia.
Ofrézcanse a Ella hoy como esas rosas, para con las pequeñas abstinencias, sacrificios y actos de amor de ustedes, ustedes pudieren ayudarla a salvar muchas y muchas almas, quitar muchas almas de las garras de Satanás y devolver a Dios.
En la gruta de Massabielle, la Madre de Dios encontró en una pobre niña el Amor, el Amor puro y filial y por eso, a través de Bernadette, del “Sí” de Bernadette, Ella hizo maravillas en Lourdes, transformó a Lourdes en una gran fuente de gracias, en un gran manantial de gracias y hasta hoy, Ella sigue allá haciendo Sus maravillas con y a través de Bernadette. Y si ustedes hoy dieren su “Sí” a Ella también, por medio de ustedes Ella comenzará a hacer muchas y muchas conversiones y gracias para Sus hijos, que transformarán la vida de tantos en un verdadero Cielo en la tierra, en un mar de gracias.
Yo, Lucía, pido que recen el Rosario de la Madre de Dios todos los días. Por medio de ello, ustedes se tornarán los Grandes Santos que Ella vino procurar y desea aquí. Con el Rosario ustedes no deberán temer nada ni preocuparse con nada, el Rosario hará milagros en la vida de ustedes, sobre todo, en el tiempo de los Secretos de la Madre de Dios. Cuando ellos comenzaren a cumplirse, el Rosario los alimentará, el Rosario los curará, el Rosario los preservará de los ataques de los demonios, el demonio inclusive quedará petrificado, paralizado como piedra, cuando ustedes rezaren el Rosario. Y cuando ustedes rezaren el Rosario, del Cielo bajarán gracias especiales para ustedes que los sustentarán, que los librarán de la muerte y también de ser agarrados por los demonios y llevados con ellos para las llamas eternas.
Con el Rosario, ustedes Mis hermanos, subirán rápidamente la escalera de la santidad para el Cielo, las virtudes brotarán de ustedes como que por milagro incluso y ustedes darán muchos y muchos frutos de amor, belleza y también Amor-Filial, obediencia-filial a Dios.
A través del Rosario, los Ángeles vendrán del Cielo para proteger, bendecir y acompañar a ustedes. Con el Rosario, regiones enteras de la tierra serán salvas por ustedes y en el triunfo de la Madre de Dios, ustedes tendrán la revelación de cada Ciudad, de cada persona y de cada alma que fue salva por ustedes. Récenlo, récenlo, récenlo.
A todos Yo bendigo con amor: de SIRACUSA… de CATANIA… y de JACAREÍ.”
*Concupiscencia de la carne: “Sentir deseos o exceso de deseos no gratos a Dios. Deseos desordenados a los placeres carnales, placeres sexuales.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario